Este sábado 24 de mayo la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana celebra su asamblea ordinaria anual destinada a la aprobación de las cuentas anuales y la memoria de actividades.
La cita se presenta sin mucha repercusión a pesar de los debates que en estos momentos circundan todos los caminos federativos, y en donde se entrelazan algunos de ellos a la luz de dos aspectos colaterales que afectan sin duda al statu quo de la federación ante la propia sociedad, valenciana. Una sociedad a la que supuestamente sirve y ante la cual debe de dar cuenta; no en vano la mayor –podríamos decir, inmensa– parte de su presupuesto procede de las arcas públicas.
Los últimos tiempos han significado un notable bajón de presencia en la sociedad valenciana en general, el perfil bajo del posicionamiento, con ausencia de cualquier reivindicación, contraviniendo una estrategia de posicionamiento exigente que viene de atrás, desde los tiempo de Josep Almeria y Pedro Rodríguez, dos presidentes combativos y a quienes la FSMCV les debe prácticamente toda su actual arquitectura interna y su posición externa.
Con Daniela González la arquitectura se ha mantenido sin ninguna aportación novedosa y su posición social desdibujándose, diluyéndose.
La actual presidenta de la FSMCV ha ido en esta segunda parte de su mandato desmantelando los cauces de conexión con la sociedad real –como si dejarse ver sea un pecado–, limitando su política comunicativa, sin mensajes ni proyectos, y por lo tanto, dejando las cosas como estaban cuando sucedió a Pedro Rodríguez en la presidencia. Sin un solo pulso ante los poderes públicos como se hacía en mandatos anteriores; desactivando, así, la fortaleza social de las bandas de música que tienen un potencial social de primera magnitud.
Se ha desmantelado prácticamente el departamento de prensa, acercándose a medios ajenos a la sociedad valenciana y asegurándose fidelidades con algún medio de comunicación generalista y cortando todo contacto con los pocos medios valencianos especializados en sociedades musicales.
La presencia de la FSMCV es irrelevante. Ni se le ve, ni se le escucha, ni se le espera, como se dice en tertulias, cenáculos, grupo de watshapp y en el debate interno de las SSMM.
Apenas se ha incrementado los presupuestos y no se ha aportado ni uno solo de proyectos innovadores, excepto uno que antes de la Dana llenó algunos cónclaves comarcales con un proyecto revolucionario. Eliminar los dos mandatos máximo de presidencia en la FSMCV, suponemos para intentar la presidenta perpetuarse en el ‘poder’. Se hicieron presentaciones del proyecto en diversos ámbitos, se imprimió un folleto, se puso firmes a los trabajadores de la federación y se ocultó a los medios. ¿Habrá que informar en la Asamblea para explicar cómo está el tema, o se optará otra vez por el silencio y llegar al otoño de 2026, cuando se tenga que votar, sin debate? Este periódico ha podido saber que hay debate en muchas sociedades y que la respuesta será firme. Eliminar los dos mandatos es improcedente en una sociedad sin ánimo de lucro que se nutre de fondos públicos no es de recibo.
Pero además la FSMCV también es irrelevante hacia dentro. Es difícil de entender que los dirigentes federativos se congratulen de la escasa presencia de sociedades asistentes en sus asambleas, y que las intervenciones críticas apenas existan. Cuando las sociedades cívicas no hacen ruido y de su estar no sale ni una pizca de polvo es que algo no funciona. Que lo periodistas no puedan acreditarse, que se conviertan un búnker…
La falta de innovación, la falta de una práctica informativa hasta darle la espalda a sus medios de comunicación más cómplices con el proyecto general de respaldo a las bandas de música, la ausencia en las asambleas de un orden del día que estimule el análisis de la realidad más concreta y pergeñar un plan estratégico subsiguiente, es decir un programa de gobierno para el siguiente año, o un plan bianual o como se quiera, conduce a sospechar que la FSMCV está en fase parálisis.
En estos tiempos de recortes culturales, de sesgos sociales presupuestarios, ¿alguien de la FSMCV nos va a explicar qué plan hay para resolver el recorte institucional que posiblemente ponga en un brete a la FSMCV en un próximo futuro?
Los vientos de la Generalitat no huelen precisamente a paisajes benefactores.