Ya en la 45º Asamblea General de la FSMCV en Algemessí, hace dos años, anunciaban las sociedades musicales que estaban convencidas de ser Patrimonio de la Humanidad, pero que no bastaba con saberlo, que necesitaban que fuera reconocido. Una lucha constante para poner en valor el fenómeno bandístico de la Comunitat Valenciana y que el anterior presidente de la FSMCV, Josep F. Almería, supo reivindicar, algo que en la actualidad, con Pedro Rodríguez, como presidente, sigue marcado en la agenda. Desde la Editorial Gules, sonó también las notas ‘SI’ para mostrar que se puede trabajar con pasión y valentía, para dar el ‘DO’ de pecho, con un equipo de más de 100 profesionales que durante casi tres años se dedicaron en profundidad para conseguir un producto que nunca antes se había hecho en la Comunitat. La gran enciclopedia de las bandas de música. Las sociedades musicales. Una obra a gran tamaño donde se recopila las más de 400 sociedades federadas con información histórica y técnica de cada banda, amplio material gráfico y voces expertas. Una obra que tras su éxito, ahora se lanza a por la tercera edición.
Eso nos hace recordar que las sociedades musicales valencianas, son un proyecto social, educativo y cultural único en el mundo, y no lo dice una en particular. Estudios de la Universidad de Valencia concluyen que “apoyar a las sociedades musicales no es sólo corresponder justamente a los enormes efectos externos que provocan sino que responde a imperativos estratégicos”. Esos estudios señalan que, además, en relación con el valor socio-económico“, son un potente mecanismo de socialización y vehículo que posibilita la participación, la formación, la práctica musical, la convivencia con trasfondos culturales, religiosos, sociales o ideológicos distintos, la participación y la comunicación; constituyen el auténtico (y quizás único) elemento diferencial valenciano, se trata de un fenómeno estructurado y el elemento simbólico con mayor capacidad para estructurar y soportar estrategias de vertebración y cohesión social”. Y podemos seguir hablando de otros aspectos como la internacionalización, pues el estudio subraya la “capacidad de proyección exterior” que ayudaría a “la reconstrucción de la marca colectiva”.
Digamos pues que no es cualquier cosa, ¿verdad?. Sin pausa entre nota y nota, a la carrera van para que el extraordinario hecho musical de las bandas valencianas sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, una distinción que recordamos, sólo atesoran por el momento, tres joyas valencianas: el Misterio de Elche, el Tribunal de las Aguas y la Fiesta de la Mare de Déu de la Salut de Algemesí, con su Muixeranga. Las Fallas también persiguen este honor desde el año 2011 y parece que cada vez están más cerca. ¿Será 2016 el año?. Como dicen, a todos nos gusta que nos reconozcan un trabajo bien hecho aunque sepamos que somos buenos en lo nuestro.