La Banda Sinfónica Esmar, dirigida por Pablo Marqués, junto con la oboe solista Meritxell Quilis ofreció un concierto, en colaboracióncon el Ayuntamiento de Benimodo (Valencia), en la Casa de la Cultura el viernes 28 de marzo a las 20h.
El prestigioso director castellonense, que dirige a relevantes formaciones nacionales e internacionales, abordó un programa con obrasdel compositor alcoyano Rafael Mullor, del noveldense Óscar Navarro, y del ruso Modest Músorgski al frente de la formación de laEscuela Superior de Música de Alto Rendimiento (ESMAR).
Asimismo, grupos de cámara del centro educativo y la Orquesta Sinfónica Esmar actuarán en Valencia, Villena y Torrent. La entradapara estos conciertos es libre y gratuita hasta completar el aforo.
El exigente programa que brindó la formación incluyó las obras Danza colorista de Mullor; Legacy de Navarro; y Cuadros de unaexposición de Músorgski. Marqués asegura que “la Banda Sinfónica Esmar nos invita a un viaje musical que transita desde la esenciapura del lenguaje bandístico hasta la búsqueda de la sofisticación orquestal”. El director subraya que “en dos par- tes biendiferenciadas, la agrupación desplegará su versatilidad sonora, explorando tanto las raí- ces del repertorio para banda comoel desafío de recrear los matices y la riqueza de una gran orquesta sinfónica”.
En Danza Colorista, “Mullor nos sumerge en el sonido más auténtico y característico de la banda sinfónica. Con unapaleta de colores vivos y ritmos enérgicos, la obra resalta las posibilidades y capacidades tímbricas del conjunto”, asegura Marqués. El autor, maestro en la escritura para banda, crea una pieza “donde latradición y la modernidad dialogan en un equilibrio constante, y que explora el poder expresivo y la riqueza dinámica de la formación”.
Con Legacy, “Óscar Navarro trasciende el sonido bandístico tradicional para ofrecer una refle- xión sobre la memoria y el legado quedejamos”. En esta pieza, la Banda Sinfónica acompaña- rá “con delicadeza y profundidad” a la oboe solista, Meritxell Quilis, quien darávoz a una “narra- tiva introspectiva y emotiva”. La obra se despliega como un diálogo entre el individuo y el colec- tivo, “entre lafragilidad de la melodía solista y la solidez del conjunto instrumental”, subrayan- do la capacidad de la formación para “plasmarsutilezas líricas y momentos de intensa carga emocional”, señala Marqués.
En la segunda parte, la Banda Sinfónica de Esmar afrontó un desafío singular: trasladar la monumentalidad orquestal deCuadros de una exposición (1874) de Músorgski a las sonoridades de la agrupación. La obra exige una transformación delsonido bandístico, “hay que construir un universo sonoro que evoque la riqueza tímbrica y la sutileza de la orquesta sinfónica”,destaca el director. La adaptación de este repertorio orquestal plantea el reto artístico de trascender las limi- taciones delconjunto “para alcanzar una sonoridad expansiva y sugerente, que capture la bri- llantez y el refinamiento que Maurice Ravelimprimió en su inmortalizada orquestación”.