La Setmana Internacional de Música de Cambra de Montserrat puso el pasado domingo el punto final a una edición, la de este 2016, que ha estado marcada por una apuesta por la música contemporánea e innovadora, así como por la internacionalidad de sus intérpretes, algunos de los cuáles, llegados de países como Francia, japón, Runamía o Polonia, han contribuido a que esta 36 edición de la SIMC sea todo un éxito.
Y es que tras las pasadas ediciones, la organización del festival, en manos del propio Ayuntameinto de Montserrat, ha apostado por introducir ciertos cambios en una cita con gran tradición que marcarán un antes y un después en uno de os principales festivales en su estilo de toda la Comunitat. Así, en esta edición, los jóvenes intérpretes han ganado protagonismo, con un concurso de jóvenes intérpretes que ha tenido lugar de forma paralela al festival.
Sin duda, tras seis días de conciertos, uno de los momentos más esperados fue el de la actuación de la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana, que fue la encargada de cerrar esta semana musical con un concierto que dejó boquiabierto al público presente y que el secretario autonómico de Cultura y Deporte, Albert Girona, no se quiso perderse.
La formación, que depende de CulturAts, comenzó su espectáculos con un clásico, la obra «Guillermo Tell», aunque una de las piezas que más gustó al numeroso público que abarrotó la Plaça de l’Església fue «Libestod», una obra totalmente contemporánea encargada por CulturArts al compositor residente de la orquesta, Carlos Fontcuberta, quien estuvo presente en el concierto. La composición destacó por sus efectos, por el uso de los instrumentos de un modo poco convencional y por la extraña distribución de la orquesta. De hecho, junto con la habitual colocación de los músicos en el centro, había otros dos grupos reducidos de cámara en los laterales de la plaza, que también participaron en la pieza, aportando una sonoridad diferente que, al más puro estilo de las salas de cine, ayudó a crear una sensación de lejanía.
La agrupación aprovechó la clausura del festival para interpretar una pieza que fue dirigida por el director musical de la orquesta, Manuel Galduf, un músico de reconocido prestigio que tiene una gran vinculación con Montserrat y su SIMC. De hecho, según explicó el propio director, Galduf era un gran amigo de Salvador Seguí, uno de los artífices de la SIMC, y por ello había estado muchas veces en el municipio ribereño contribuyendo a los inicios del festival. El batuta también hizo mención a Alfred Brotons, a quien dedicó una obra que destacó por la magistral actuación a pie de escenario del clarinete solista.
Para terminar con la velada, un pequeño grupo de cinco músicos formado por 3 fagots (uno de los cuales es vecino de Montserrat) y dos percusionistas interpretaron un tango frente al escenario.
Un día antres, el sábado, el turno fue para el Cor de la Generalitat Valenciana, que consiguió, con suespectacular puesta en escena, que los más de 800 espectadores disfrutaran de una actuación magistral. La formación autonómica propuso un programa muy clásico, acorde con el espíritu del festival de música de cámara en el que, por otra parte, los asistentes tuvieron que abonar un precio por la entrada por primera vez; la recaudación se entregó a la Organización No Gubernamental Unicef.
De esta manera, la 36 eidició de la SIMC puso punto final a una semana de música de cámara que ha brillado por su calidad y por los numerosos espectadores que cada noche se concentraron a la Plaça de l’Església, una edición que sin duda marcará un antes y un después en el devenir de estra cita musical .